A principios de los años setenta se produjo un sobresalto vanguardista que terminó por poner en tela de juicio las certidumbres modernistas relacionadas con la obra de arte y su procedimiento, al mismo tiempo que condujo el proyecto modernista a su paroxismo. Y el arte cambió. Desde que Andy Warhol expone sus Brillo Box, tal como ha escrito Danto,cualquier cosa puede ser arte. No sólo la categoría de arte ha cambiado, sino que también, lo que es más importante, ya se puede pensar filosóficamente sobre el arte. En otras palabras, olvidar la pregunta, tan moderna, de si algo es o no es arte, para preguntarnos más bien por qué ese algo es arte. A partir de aquí ya nunca más habrá un gran relato de la historia del arte para el arte actual. Habrá, por el contrario, infinidad de propuestas y comportamientos que se moverán, como un pensamiento más (quizás algo nómada) en el marco de lo que se ha llamado “pensamiento posmoderno” prácticamente desde la década de los setenta.